10 Microcuentos sobre sirenas.


 


1. Madre, ¿qué son aquellos huesos sobre las rocas, frente al mar, acaso es un panteón de sirenas?

No, hija, es una mina de cantos.


2. Cansada de no encontrar el amor fue en busca de una sirena para solicitar su ayuda: 


- Quiero ser sirena, ya no quiero ser mujer. 

- Pero, ¿por qué?, respondió la sirena. 

- Porque quiero encontrar el amor. 

- Pensé que querías ser una asesina. Por eso, al contrario tuyo, yo quiero ser mujer, para encontrar el amor.


3.  Agosto era un buen mes para invadir Esparta, pensó Jerjes I del Imperio Persa, sin contar con el arma secreta de Leónidas: 300 espartanos y 1 sirena que cantaba en una roca sobre las Termópilas. Lo demás es historia. 


4. Por todos es sabido que el único sonido perceptible para los sordos es el canto de una sirena, pues al parecer, escuchan en dicho canto la voz de su madre diciendo: ya está lista la cena, es tu comida favorita.  Luego ríen sin parar.


5. Buscando agua con su ánfora, en el río, en lo profundo de la montaña, en el reflejo del río vio a una vieja sirena, ella empezó su canto y él ,embrujado, empezó su camino en la corriente. La sirena calló y en su boca cerrada le dio un beso de despedida , lo llevó hasta la orilla y pensó: tan solo es un niño, esperaré a que crezca...


6. Luego de que se descubriera su debilidad, las sirenas tomaron cartas en el asunto del harpa; y fue así que Eurídice condujo hasta el inframundo al perdidamente enamorado Orfeo.


7. Aburridas de hundir navíos y comer navegantes , en forma de pájaros, las sirenas se mudaron a Babel, lugar donde empezaron a derribar torres.


8. Luego de aprender la lección con Ulises.  Consagradas al deseo, desde sus palacios de roca a la orilla del océano, las sirenas envían palomas mensajeras con el siguiente mensaje: - No vengan por tesoros a la orilla. 


9. Siendo los estuarios el lugar preferido de las sirenas, es este el mejor lugar para su avistamiento, y aunque nadie ha podido capturar una con vida, suelen irse agradeciendo por el pescado. 


10.  El capitalismo destruyó el canto de las sirenas, es que a nadie le importa la seducción o el amor, se dijo un viejo al escuchar por última vez, la sirena de la ambulancia en la que pasaría a mejor vida. 

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